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Una Entrevista con M. Cecilia de la Vega

Entrevista por RC Hopgood (Lee la historia) 12 de junio de 2022

M. Cecilia de la Vega

M. Cecilia de la Vega

Tu cuento empieza con una escena familiar que aparenta ser común, pero mientras se desarrolla, surge un sentido de horror mientras la familia se manifiesta de manera casi morbosa sobre la muerte de la madre y las cosas que ahora pueden hacer y decir. ¿Cómo se te ocurrió este comienzo del cuento?

Siempre me sentí atraída por las construcciones antiguas y las historias que podrían albergar. En mi pueblo natal, había una casona que ocupaba toda una esquina en pleno centro. Había sido un hotel o la residencia de una familia acomodada, no sé bien porque yo era chica. Con los años, el edificio se convirtió en una pensión o conventillo. Más adelante, fue demolido y el lugar se transformó en un parque de juegos para niños: “El paseo de Doña Paca”. A mí me quedó el recuerdo de ese edificio enorme y oscuro, una construcción señorial venida a menos. Nunca conocí su verdadera historia pero siempre me pregunté cómo sería vivir en una de esas casonas habitadas por familias enteras con hijos y nietos conviviendo en habitaciones contiguas, todas convergiendo en una misma galería o patio; vidas paralelas pero enlazadas, en una época en la que las libertades individuales estaban sujetas a los deseos de los mayores, en especial de los varones. ¿Qué lugar ocupaban las mujeres de la casa? ¿Eran todas tan sumisas como se suponía debían ser? Así surge Doña Paca, este personaje fuerte, dominante, siniestro, y sus hijos, hombres y mujeres de mediana edad, solitarios y con muchas frustraciones a cuestas.

Es interesante cómo divides el cuento en dos partes. El contraste resalta las diferentes perspectivas entre Conrado y sus tíos, casi como si vivieran en mundos paralelos. ¿Cómo llegaste a esta estructura?

Suelo pensar que siempre hay dos caras, o más, para todas las cosas. Nuestra manera de pensar y de sentir hace que vivamos en mundos paralelos. Los tíos y tías de Conrado habitan un mundo lleno de odio, de resentimiento, y también de resignación. Conrado parece haber logrado mantenerse al margen de eso, quizá porque pertenece a una generación más joven, quizá porque Doña Paca lo trató de un modo diferente, quizá porque no tuvo más remedio que crecer solo, y eso de algún modo lo preservó. Conrado es un sobreviviente y tiene la ventaja de poder ver las cosas desde otro ángulo. Se da cuenta de que para salvarse tiene que salir de ese lugar, separar su vida de la de sus tíos y tías, que parecen haber quedado atrapados en esa casa, sin remedio, incluso después de la muerte de Doña Paca. La estructura del texto también responde a los desafíos que me planteo cuando escribo. Las historias lineales, al estilo de la crónica, cuando resultan predecibles, me aburren. Para mí escribir es salir a divertirme y experimentar. Disfruto de las obras que me invitan a formar parte de un juego, que me desafían a la hora de construir la historia, que me sorprenden. Y ese es el tipo de textos que intento crear cuando escribo.

Al final del cuento, el portazo de la abuela denota una cierta convicción que me da la impresión de que ella tiene un plan, o algo que hacer. Tal vez estoy leyendo demasiado en ese portazo, pero es evocativo. Para mí es la parte más espantosa del cuento. ¿Has pensado en lo que pasa en la casa después de que se va Conrado?

El cuento es siniestro, y el portazo, espantoso, coincido. Al releer el cuento también me quedo pensando en ese portazo, en su carácter definitivo y, a la vez, incierto. ¿Por qué los hermanos quedaron encerrados con este espectro terrible como si estuvieran recibiendo un castigo? No lo sé. Cuando escribimos no siempre tenemos en mente el porqué de todo lo que ocurre en el texto. He llegado a preguntarme si Doña Paca realmente existe o si solo es producto de la imaginación de Conrado, el disparador que necesitaba para irse y comenzar su propia vida. A los tíos y tías no les va a resultar sencillo escapar al destino que trazó Doña Paca para ellos. No logran sacar a “la Paca” de sus vidas ni siquiera después de muerta. La llevan dentro. Es la fuerza de los mandatos familiares, esas tramas que se tejen de generación en generación, tan difíciles de desentrañar.

Tu cuento me recuerda un poco al trabajo de Mariana Enríquez. ¿Cómo ves que tu trabajo encaja (o no) en el género de horror latine contemporáneo? ¿Con qué escritores te identificas?

Sé quién es Mariana Enríquez y estoy informada de su trayectoria pero no he leído nada de ella todavía. Conozco bien el género clásico del horror y lo fantástico, aunque no he explorado aún las obras de sus representantes actuales. Nunca me había planteado si mi trabajo encaja en algún género. Escribo variado, por lo general textos extraños o fantásticos, que son los que más me divierten, pero también humorísticos, costumbristas, emotivos, o para un público infantil. En cuanto a los escritores con los que me identifico, puedo nombrar a muchos y por épocas. En mis años de adolescencia, fueron los autores latinoamericanos los que captaron mi atención: Gabriel García Márquez, Ciro Alegría, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende, Osvaldo Soriano, Roberto Fontanarrosa. En mis años de universidad, y por mi formación como traductora, fueron autores de obras en lengua inglesa: Oscar Wilde, D.H. Lawrence, Joseph Conrad, las hermanas Brontë, James Joyce, Virginia Wolf, Aldous Huxley, Margaret Atwood, Toni Morrison. Siempre me interesaron los cuentistas como Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Edgar Allan Poe, Antón Chéjov, Ray Bradbury, Raymond Carver, Isaac Asimov. También sigo el trabajo de autores contemporáneos como Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri, Eugenia Almeida, María Teresa Andruetto, Samanta Schweblin, Almudena Grandes. Y últimamente estoy leyendo cuentos originales y traducidos de autoras de fines del siglo XIX y principios del XX como Charlotte Perkins Gilman, Kate Chopin, Willa Cather, Susan Glaspell, Edith Nesbit y otras.

Sobre la autora

M. Cecilia de la Vega es traductora de inglés y tiene una maestría en Traductología. Se desempeña como profesora de Traducción Literaria y de Introducción a la Traductología en la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba. Coordina el equipo de traducción Susurros Chinos y gestiona proyectos editoriales y de traducción literaria. Lee y escribe, escribe y lee, la mayor parte del tiempo. Vive en las sierras de Córdoba junto a su esposo y sus tres hijos adolescentes. Le encantan los libros y las plantas. Sale a correr cada vez que puede y disfruta de las actividades al aire libre.

Sobre el entrevistador

Roberto Cofresí (RC) Hopgood nació en Puerto Rico, y ha vivido en Texas, México, Nueva York y Colorado. El es el autor de “Bellows: Fables from the Musical Underground,” (Hmm, 2013) y un blog de un año con 52 entradas sobre su crianza en Puerto Rico, “Cuentos del Barrio Machuchal” (machuchal.blogspot.com, 2014-2015). Sus palabras han sido publicadas en The Non-Alignment Pact, Drunk Monkeys, The Write Launch, SPOT, Plasmotica, y otros. Actualmente, vive en Chapel Hill, Carolina del Norte. Twitter @rc_hopgood.

Esta entrevista apareció en SmokeLong en Español–Número Cinco de SmokeLong Quarterly.
SmokeLong Quarterly SmokeLong en Español–Número Cinco
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