Me encanta esta situación: la niña relata la historia—tan calmada y con tanta confianza—mientras su madre está muriendo en el piso. ¿Cómo llegaste a esta historia y a este punto de vista?
El cuento surgió a partir de una consigna que di en el taller de escritura que coordino. Les propuse que hiciéramos un ‘cuaderno itinerante’. Primero definimos por sorteo a quién le tocaba empezar, cada una tenía dos semanas para escribir un texto en el cuaderno tomando algo -una palabra, una imagen, un espacio o lo que fuera- del texto anterior. Cuando me tocó a mí, tomé esta imagen de una niña arrodillada sobre el cuerpo de una mujer, y el resto fue apareciendo. No me había planteado de antemano contarla desde el punto de vista de la niña y eso estuvo bueno, fue un descubrimiento. Yo creo que está tranquila y confiada porque durante gran parte del cuento piensa que es un simulacro y quiere estar a la altura, seguirle el juego a la madre, y eso es lo que aumenta la tensión.
¿Se trata de un cuento con moraleja sobre los padres que preparan demasiado a sus hijos para las emergencias? ¿Qué crees que le tiene miedo está madre qué prepara a sus hijas con tanto rigor?
No me gusta mucho pensarlo como una moraleja porque me parece que estaría juzgando al personaje y creo que desde ahí no se puede escribir. Yo no propongo ningún mensaje, eso en tal caso se lo dejo a los lectores. No por hacerme la misteriosa sino porque realmente no lo sé. Me parece que cuando los cuentos están buenos tienen más de una lectura y ojalá éste sea uno de esos cuentos.
La madre le tiene miedo a todo y por eso trata de anticiparse y controlar cualquier situación. En definitiva le tiene miedo a la vida, al pulso de la vida que es profundamente creativo e impredecible y por esa misma razón, incluye necesariamente la muerte. No solo la muerte física sino la muerte de cualquier forma, el cambio. No se trata de que no exista la prevención pero hay cosas que siempre van a quedar fuera de alcance. Pensar que podemos prever y tener un plan para evitar cualquier obstáculo o acontecimiento desagradable -sobre todo evitárselo a la gente que queremos- es una ilusión, pero a quién no le gustaría. Aún sabiendo que esas cosas son las que nos permiten crecer.
¿Es correcto creer que esta historia trata sobre la ausencia? Por ejemplo, el marido/la pareja, que no se menciona en la historia. ¿La mamá es hipervigilante por qué está por su cuenta?
Me parece que no trata sobre la ausencia pero sí creo que sin duda la ausencia -o mejor dicho, las ausencias- ocupan un lugar importante. Igual no creo que sea hipervigilante porque está sola o porque no tenga pareja. Mi madre es bastante miedosa y sobreprotectora, y está con mi padre desde hace más de cuarenta años. Sí me parece que el miedo y la desconfianza nos van aislando y nos impiden vincularnos. Y no es el miedo al peligro o a los accidentes nada más sino a los otros, a las diferencias, a que se pierda o cambie eso que tanto queremos proteger. Esta madre y sus hijas son una tribu y cualquier cosa que venga ‘de afuera’ puede ser una amenaza. Por eso me gusta pensar que hay algo en el interior de esa niña, que se está acercando a la adolescencia, que frente a esa situación siente al menos la ambigüedad en ese vínculo con la madre, el deseo de querer liberarse.
¿Cómo es la comunidad de escritores donde vives?
En Buenos Aires hay una oferta inmensa de talleres, de clubes de lectura, ciclos, ferias de editoriales independientes, movidas y propuestas culturales en librerías, etc. Es realmente impresionante. Por ejemplo, el ciclo de lectura de Grupo Alejandría, que fundaron miembros del taller de Abelardo Castillo, tiene más de 15 años. Yo participo desde 2017 y en los últimos años estuvimos viajando con escritoras y escritores porteños a otras provincias e invitando a autores del interior a leer a Buenos Aires. También estuvimos en Chile y Uruguay. La pandemia nos modificó un poco los planes pero pronto vamos a recuperar esos espacios.
Por mi parte, también tengo la suerte de tener compañeras y compañeros en el taller de Inés Garland que escriben muy bien y de los que aprendo un montón. Ese grupo es una mini comunidad muy activa, confío mucho en sus devoluciones y comentarios, y disfruto de leerlos y conocer el proceso de su escritura. También nos recomendamos lecturas, películas, etc. Para mí los talleres, y el trabajo colectivo en general, son fundamentales. Compartir las diferentes versiones de un texto, dejar que se abran nuevas preguntas, acompañar a otros en su propia búsqueda, enriquece mucho el trabajo.